Antiguamente, las mujeres vivían separadas de los hombres, pero cuando los hombres las necesitaban para hacer uso de ellas iban a buscarlas y después cada cual regresaba a su tierra. Llegó el momento que las mujeres se negaron y los hombres declararon la guerra. Antes de iniciarla fueron casa de Obatalá, quien recomendó a los hombres que hicieran ebbó si querían ganar la guerra; para eso necesitaban seis jícaras de oñí, seis de epó, y seis animales diferentes. Pero los hombres dijeron:
"Tener que hacer ebbó para ganarle a las mujeres es absurdo, basta con darles unas bofetadas para someterlas."
Por eso no hicieron el ebbó.
Las mujeres se enteraron de lo que querían los hombres y se prepararon, así fueron también, a ver a Obatalá y les aconsejo otro ebbó con: awure meyi, adi oni y akodie.
Las mujeres sí hicieron su rogación, y cuando los hombres llegaron a las murallas del pueblo era de noche y comenzó a llover de tal manera que los atavíos de guerreros las armas se mojaron, y no los pudieron usar y tuvieron que pedir auxilio a las mujeres. Ellas se lo dieron y un hombre se quedó en cada casa con una mujer.
Las mujeres se enteraron de lo que querían los hombres y se prepararon, así fueron también, a ver a Obatalá y les aconsejo otro ebbó con: awure meyi, adi oni y akodie.
Las mujeres sí hicieron su rogación, y cuando los hombres llegaron a las murallas del pueblo era de noche y comenzó a llover de tal manera que los atavíos de guerreros las armas se mojaron, y no los pudieron usar y tuvieron que pedir auxilio a las mujeres. Ellas se lo dieron y un hombre se quedó en cada casa con una mujer.
Al día siguiente, Olofi dijo que, cada hombre que se había quedado en la casa con su mujer la debía tomar como esposa. Así nació el matrimonio.
La mujer necesita del hombre y este de la mujer.
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