En santería existen una serie de rezos en idioma Lucumí dedicados especialmente a cada uno da los Santos, los cuales se profieren al “hacer santo”, o al invocarlos, o cuando se procede con algún hechizo o despojo, o cuando se celebra un güemilere. También se emplean los rezos cuando la persona se despoja con un santero, con un baño de hierbas o con el omiero. Desde luego que también se usan las oraciones de
Veamos, a manera de ejemplo, los rezos a Obatalá y Yemayá:
A Obatalá:
Obatalá oba taisa tallano obe rigulano caitogue ocuni alle cofie edemu babami allaguna nana lellibo yecua Baba Orúnmila Odduá aremu oza belli olodu babami ayuba.
Yemayá acherere illa milateo Yemayá asallabi olocum ibutagana dede guantelecoum eco ballereo araba ibula omi cofie illami ayuba.
De igual manera que existen los rezos a los Santos, hay cantos para los distintos dioses. En realidad, en las diferentes sociedades y culturas se dan aspectos y elementos comunes en las religiones, costumbres y creencias. La oración, con todo su poder, está presente en casi todas las culturas, modernas y primitivas. Y la música, por su parte, siempre está presente en todas las culturas. Ya vimos como en la religión Lucumí, en virtud de su origen africano, prevalece o predomina el toque de tambor para hablar con los Dioses y como invocación y ofrenda a los mismos. Al lado del tambor, encontramos los cantos dirigidos a los Orishas.
Parte de la letra del canto en honor a Obatalá:
Gualle gualle lo mio guelle lo mio gualle gualle lo mio para meta gualle para meta are gualle gualle lo mio gualle lo mio gualle gualle lo mio gualle gualle lo mio gualle lo mio gualle para meta Aregu baba ara baba are baba ara lle baba kueruro opiyo la Llolleo oki oku yi bandeleo.
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