Dentro de las Siete Potencias Africanas, Changó es el más popular y pintoresco de los orishas.
Changó es el tempestuoso y apasionado dios del fuego y del rayo. En cuanto a su origen, los santeros coinciden en señalar que es hijo de Yemanyá y Aganyú. Se dice que es muy mujeriego y extremadamente viril. Obba es su legítima esposa, y posee adicionalmente dos concubinas, de nombre Oshún y Oyá. Existen muchas leyendas en torno a Changó. En una de las leyendas, Obba pregunta a Oyá que debe hacer para conservar a Changó a su lado y está le contesta que se corte una oreja y prepare una sopa en honor al santo. Cuando Changó descubrió su oreja mutilada, se enfureció y no vivió más con Obba aunque le siguió reconociendo su derecho como legítima esposa. Oyá se considera la patrona del fuego y fue precisamente ella quién dio a Changó el poder del fuego y el rayo.
En otra historia, Changó es salvado dos veces por Oyá. Primero libra de la cárcel al orisha, y después le ayuda a escapar de sus enemigos vistiéndole con sus ropas. Por esta razón Changó algunas veces viste como mujer y está sincretizado como Santa Bárbara. Se suele citar en la leyenda los reiterados enfrentamientos entre la Santa Oyá y Changó, en los que generalmente resultan empatados...
En un principio la Tabla de Ifá perteneció a Changó, pero fue canjeada por el don de la danza. Changó adora danzar, y cada vez se hizo más popular ante las damas, mientras que Orúnmila, a quién se le ofreció la tabla mágica a cambio del don de la danza, con el tiempo adquirió mucha pericia en la interpretación del oráculo, convirtiéndose en uno de los más respetados y admirados dioses yorubas. Al igual que para los demás santos, hay algunos objetos consagrados a Changó, tales como un castillo pequeño que porta consigodoquiera que va, y un mortero con el que fabrica sus rayos. La espada o hacha de doble filo, que utiliza cuando está en guerra, es otro de sus símbolos. La imagen católica con que se le representa, que es la de Santa Bárbara, tiene un castillo pequeño también a sus pies, en tanto sostiene en sus manos una copa y una espada. Los mayomberos, por su parte, han hecho suyo al dios Changó, considerándolo su rey, con el nombre de Nsasi, que es el brujo más poderoso de todo el mundo, y aseguran que nació en el Congo, en lugar de Nigeria.
El color perteneciente a Changó es el rojo, y los santeros devotos suyos siempre llevan el color encima como ofrecimiento o para dominar a una persona.
Los llamados Omo-Changó, cuando nacen, es frecuente se dé una tormenta de rayos y el relámpago cruza el firmamento. En algunos sitios de Cuba los cabellos de los niños Omo-Changó no se cortan antes de que lleguen a la pubertad, aún cuando fueren del sexo masculino. Los Omo-Changós poseen una inmensa facultad para vaticinar el futuro con una exactitud misteriosa, o igualmente trabajar el fuego sin quemarse. Desde luego, siendo el Dios del relámpago, se le invoca cuando hay una severa tempestad eléctrica, ocasión en que dá mucho resultado quemar las palmas que reparte la iglesia católica el domingo de Ramos, con lo que se apacigua a Changó y se calma la tempestad.
Changó es el dios que más se parece al cubano y al mismo tiempo al que más le teme. Los dioses de la religión yoruba se parecen mucho a los seres humanos. Lo que los diferencia de estos son los grandes poderes con que cuentan y la devoción que levantan entre los hombres y las mujeres.
Cuenta una leyenda que en una oportunidad Changó huyó al bosque y creyeron que se había ahorcado; cuando le encontraron, les gritó: No me he ahorcado, ni me ahorcaré jamás. Pensando que era preferible gobernarlos desde el cielo, para que no hubiera rencillas en la tierra, comenzó a subir por una cadena que iba desde el árbol donde estaba montado, hasta el cielo. Y ahora está en el cielo, junto con los otros orishas, velando por los humanos, pero también castigando cuando lanza piedras en forma de rayos que matan, provocando explosiones que hacen volar en pedazos hasta ciudades enteras, quemando a los árboles, provocando tempestades.
Changó respeta a Elegguá, tampoco se enfrenta con Olodumare. Es mujeriego y bebedor de aguardiente. Entre los dioses suelen darse frecuentemente peleas como es el caso de la lucha sempiterna que libra Changó con Oggún, el dios de los metales, cuya causa se explica si analizamos las leyendas o appatakis. En Cuba, la palma real es el refugio y trono de Changó, sus devotos apoyan la frente contra el tronco de la palma cuando quieren su consejo. Changó habla desde la palma.
Como ya hemos visto se le presenta con la imagen de Santa Bárbara, virgen y mártir, patrona de los artilleros y los bomberos. Este dios se representa también con la imagen de un guerrero, que utiliza una espada en una mano y en la otra un hacha. El collar de Changó está hecho con cuentas rojas y blancas. Su color es el rojo. Su número es el cuatro. Y el día de Santa Bárbara, en el santoral católico, que es el 4 de diciembre, se celebran fiestas en honor a Changó. Su fruta preferida es la manzana roja. Es un gran comilón.
Este dios, tiene también la particularidad de ser un dios bueno, protector, pero al mismo tiempo, de enfurecerse para atacar a los enemigos. Es temible cuando se llena de rabia y la furia lo ciega; es implacable cuando le hacen daño a sus hijos.
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