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jueves, 31 de enero de 2013

ORACION A LOS ORISHAS


 
 
 
Que la irreverencia y el desprendimiento de Exú
nos animen a no encarar las cosas de la forma
como ellas parecen a primera vista
y que nos aprendamos que todo en la vida,
por peor que sea,
tendrá siempre su lado bueno y provechoso!
Laroiê exu!

Que la tenacidad de Ogum nos inspire
a vivir con determinación,
sin que nos intimide con piedras, espinas y tinieblas.
Su espada y su lanza desobstruyan nuestro camino
y su escudo nos defienda.
Oguñe meu pai!

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Que la labor de Oxóssi nos estimule
a conquistar suceso y abundancia
a costa de nuestro proprio esfuerzo.
Que sus flechas caigan enfrente nuestro,
a nuestras costas, a nuestra derecha y a nuestra izquierda, cercándonos para que ningún mal nos atinja.
Okê arô ode!

Que las hojas de Ossain
proporcionen el bálsamo revitalizante
que restaure nuestras energías,
manteniendo nuestra mente sana y cuerpo sano.
Ewe ossain!!.

Que Oxúm nos de la serenidad
para accionar de forma consciente y equilibrada.
Tal como sus aguas dulces,
que siguen desbravadoras en el curso de un rio,
entrecortando piedras y precipitándose en una cascada,
sin parar ni tener como volver atrás,
apenas siguiendo para encontrar al mar,
así sea que nos podamos luchar por un objetivo
sin arrepentimientos.
Ora yeyêo Oxum!

Que el arco-íris de Oxumaré
transporte para el infinito nuestras oraciones,
sueños y deseos, y que nos traiga las respuestas divinas,
de acuerdo con nuestros merecimientos.
Aroboboi Oxumaré!

Que los rayos de Oya alumbren nuestro camino
y el turbinado de sus vientos lleve para lejos
a aquellos que de nos se aproximan
con el intento de aprovecharse de nuestras flaquezas.
Êpa hey oyá!

Que las pedreiras de Xangô sean la consolidacion
de la ley divina en nuestro corazón.
Su machado pese sobre nuestras cabezas
revolviendo la conciencia y su balanza
nos inculque el buen seso.
kaô! kaô cabecilê!

Que las ondas de Yemanjá nos descarguen,
llevando para las profundidades del mar sagrado
las aflicciones del día-a-día,
dándonos la oportunidad de sepultar definitivamente
aquello que nos causa dolor
y que su seno materno nos acoja y nos consuele.
Odoyá Yemanjá!

Que las calabazas de Obaluaie
traigan no solo la cura de nuestros males corporales,
como también ayuden a nuestro espíritu
a despojarse de las vicisitudes.
Atotô Obaluaiê!

Que la sabiduría de Nanã
nos de otra perspectiva de vida,
mostrando que cada nueva existencia que tenemos,
sea aquí en la tierra o en otros mundos,
genera el bagaje que nos da medios
para alcanzar la evolución,
y no una forma de punición sin fin
como juzgan los insensatos.
Saluba Nanã!

Que la vitalidad de los Ibejis nos estimule
a enfrentar los sinsabores como aprendizaje;
que nos no perdamos la pureza mismo que,
a nuestro alrededor, la tentación nos envuelva.
Que la inocencia no signifique flaqueza,
mas si refinamiento moral
! Oni beijada!

Que la paz de Oxalá renueve nuestras esperanzas
de que, después de errores y aciertos;
tristezas y alegrías; derrotas y victorias;
llegaremos a nuestro objetivo mas noble;
a los pies de Zambi mayor!
Epa Babá Oxalá!

Que así sea! Porque así será! Porque así ya es!

Axé!

sábado, 26 de enero de 2013

PATAKI DE LA CREACION DEL MUNDO

 


El Dios todo poderoso, Olofi, se paseaba por el espacio infinito donde solo había fuego, llamas y vapor, que prácticamente por su densidad no lo dejaban caminar; pero así él lo quería. Aburrido de no tener a nadie con quien hablar y pelear decidió que era el momento de embellecer este panorama tan tenebroso y hostil y descargó su fuerza con tal forma que el agua cayó y cayó. Pero hubo partes que lucharon contra este y quedaron formados grandes huecos en rocas. Se formó el océano, vasto y misterioso donde reside Olokun, deidad a la que nadie puede ver, ni la mente humana puede imaginar sus formas.


 


En los lugares más accesibles brotó Yemaya con sus algas, estrellas marinas, corales y peces de colores, coronada por Ochumare, el arco iris, y vibrando sus colores azul y plata. La declaró madre universal, madre de los Orishas, y de su vientre salieron las estrellas y la luna, siendo este el segundo paso de la creación.

 


Oloddumare, Obatalá, Olofi y Yemayá, decidieron que el fuego, que por algunos lados se había extinguido y por otros estaba en su apogeo, fuera absorbido por las entrañas de la tierra en el temido y muy venerado Aggayú Solá, como representación del volcán y los misterios profundos.
 


Mientras se apagaba el fuego, las cenizas se esparcieron por todos lados, se formó la tierra representada por Orisha Oko, quien la fortaleció, amparando las cosechas fértiles, los árboles, los frutos y las hierbas. Entre ellas y por los bosques deambulaba Osaín y su sabiduría ancestral de los valores médicos de palos y hierbas. En los lugares donde se pudrió la ceniza, nacieron las ciénagas y de sus aguas estancadas brotaron las epidemias representadas por Babalú Ayé.
 
 
Yemayá la sabia y poderosa madre de todo y de todos, decidió darle venas a la tierra y creó los ríos de agua dulce y potable, para que cuando Olofi quisiera creara el ser humano. De allí surgió Oshún, la dueña de los ríos, de la fertilidad y de la sexualidad; las dos se unieron en un abrazo legando al mundo su incalculable riqueza.
 
 
Obatalá, heredero de las órdenes dadas por Olofi, cuando este decidió apartarse y vivir lejos detrás de Orún, el sol, creó el ser humano y aquí fue el acabose. Obatalá tan puro, blanco y limpio, comenzó a sufrir los desmanes de los hombres: los niños se limpiaban en él y el humo de los hornos lo ensuciaba. Como Él era todo, le arrancaban las tiras pensando que era hierba, y los viejos que no veían, se secaban sus manos en él. Obstinado por toda la suciedad se elevó a vivir entre las nubes y el azul celeste, y desde allá observó el comportamiento del ser humano, dándose cuenta que el mundo se poblaba y poblaba, pues ni existía Ikú, la muerte.




Se puso a meditar al respecto y decidió crearla como a los demás Orishas, pero ésta era muy exigente, ya que Olofi le había dicho que sólo podría disponer del ser humano cuando él lo decidiera. Ikú se fue a quejar a Olofi cuando éste se estaba dando un banquete con una adie (gallina) y al acercarse a hablarle se manchó su ropa con sangre.

Se puso tan, pero tan bravo, que su ropa se le volvió negra y entonces Olofi le dijo:

"¿Tu no querías ser distinto a los demás Orishas? Pues a partir de hoy, te vestirás y escribirás en negro y todo lo que alrededor tengas será negro".

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

EL PATAKI DEL NACIMIENTO DEL MATRIMONIO

 

 
Antiguamente, las mujeres vivían separadas de los hombres, pero cuando los hombres las necesitaban para hacer uso de ellas iban a buscarlas y después cada cual regresaba a su tierra. Llegó el momento que las mujeres se negaron y los hombres declararon la guerra. Antes de iniciarla fueron casa de Obatalá, quien recomendó a los hombres que hicieran ebbó si querían ganar la guerra; para eso necesitaban seis jícaras de oñí, seis de epó, y seis animales diferentes. Pero los hombres dijeron:


 
"Tener que hacer ebbó para ganarle a las mujeres es absurdo, basta con darles unas bofetadas para someterlas."

Por eso no hicieron el ebbó.




Las mujeres se enteraron de lo que querían los hombres y se prepararon, así fueron también, a ver a Obatalá y les aconsejo otro ebbó con: awure meyi, adi oni y akodie.
 
 
 

Las mujeres sí hicieron su rogación, y cuando los hombres llegaron a las murallas del pueblo era de noche y comenzó a llover de tal manera que los atavíos de guerreros las armas se mojaron, y no los pudieron usar y tuvieron que pedir auxilio a las mujeres. Ellas se lo dieron y un hombre se quedó en cada casa con una mujer.
Al día siguiente, Olofi dijo que, cada hombre que se había quedado en la casa con su mujer la debía tomar como esposa. Así nació el matrimonio.

 

 
 
 La mujer necesita del hombre y este de la mujer.




 

viernes, 25 de enero de 2013

SANTA BARBARA - LA ESPADA Y EL RAYO

 
 
 
 
La Espada y el Rayo
 
Santa Bárbara nació en Nicomedia, capital de Bitinia, en la Turquía asiática. Dióscoro, su padre, de origen judío, militar de carrera, rico, orgulloso y brutal, la encerró en una torre que sólo tenía una poceta y dos ventanas por donde entraba el sol, su único privilegio.


 
 
 

Al partir a la guerra, su padre la dejó rodeada de lujos y maestros famosos para que así obtuviera una educación como correspondía a su rango social.
 

Con el tiempo, Bárbara se fue percatando de la falsedad de la doctrina pagana y de sus deidades. Aunque Roma dominaba al mundo, pudo hacer llegar un mensaje al sabio católico Orígenes, quien le envió a un discípulo suyo, Valencio, quien la instruyó en los libros sagrados, la fe cristiana y la bautizó.

Al regresar de la guerra, su padre la encontró cambiada y le instó a que le dijera la causa de su cambio, a lo que Bárbara se confesó cristiana. Dióscoro trató de disuadirla, pero ella continuaba confesándose cristiana. Fue entregada a la justicia del pretor Marciano quien mandó a que la azotaran durante tres días. La acostaron sobre pedazos de vidrios y puntas de lanza, abrieron sus heridas con sal y vinagre y la arrojaron a un calabozo oscuro. Allí se le apareció Jesús, quien curó sus heridas y alimentó su fe cristiana. Al verla el pretor con fuerza e intuir el milagro, mandó a que la torturaran nuevamente, mientras ella seguía sonriendo, orando, firme en su fe cristiana. Fue entonces que la expusieron desnuda por toda la ciudad dándole latigazos. Una vez humillada y sin lograr que negara a Jesús, fue sentenciada a muerte. Su padre fue el verdugo, sacó su espada y la degolló.

 
 
 

 
De regreso a su casa Dióscoro, en compañía del pretor Marciano, una centella de rayo los mató, ante un cielo sereno y sin nubes. Esto sucedió alrededor del año 238.

La fiesta patronal de esta virgen-mártir se celebra el 4 de diciembre, aunque en 1969 desapareció del calendario romano.
 
Por su parte, Changó llega a Cuba en los barcos negreros que transportaban grandes cargamentos de esclavos para trabajar en las plantaciones del nuevo continente. Con los esclavos vino este orisha, su culto, sus relatos, su vitalidad y colorido; a partir de entonces, se fue transmitiendo de padres a hijos a través de la memoria oral. Fue así como se asentó en nuestra tierra.

Changó es un orisha o deidad mayor. Es dios del fuego, del rayo, del trueno, de la guerra, de los ilú-batá, del baile, la música y la belleza viril. Es patrón de los guerreros y los artilleros. Este orisha es hijo de Ibaíbo y de Yemmú.



 
A Changó se le atribuyen muchas virtudes y defectos de los hombres. Es buen trabajador, muy valiente, amigo digno de apreciar, adivino; también es algo mentiroso, mujeriego, en algunas ocasiones, pendenciero, jactancioso y jugador. Como padre se ocupa del hijo mientras éste le obedece, mas no lo admite cobarde. Los Ibeyis son sus hijos. Changó posee también innumerables amantes; ello no le impide tener sus propias mujeres: Oyá, Obba Yurú y Ochún.

Este orisha es muy respetuoso de los egguns. A veces se le representa a caballo como un soldado. En la tierra yoruba, Nigeria, esta deidad era rey de la ciudad de Oyó; se dice que cometió suicidio y, a partir de entonces, se convirtió en orisha.

Existen diversas leyendas o pattakíes en Cuba que refieren la historia de Changó, muchas de ellas se encuentran plasmadas en antiguas libretas, ordenadas según los oddunes del sistema adivinatorio de Ifá en que habla esta deidad, y otras de ellas recogidas por la tradición oral de nuestro pueblo, una de ellas cuenta:

Changó desafiaba a Oggún al convertir a Oyá en su mujer. Estando el amante en casa de Oyá, dueña de las centellas y los temporales, de pronto, enterado, se apareció Oggún; rodeó la casa con un ejército formado por todo tipo de armas hechas en su fragua; interpelaba bruscamente a Changó a que saliera y le enfrentase batalla.

Oyá, muy respetada y querida en su pueblo, y bajo la influencia de su amor por Changó, se cortó sus largas trenzas; se quitó también su saya de nueve colores y su pañuelo. Vistió a Changó con todo esto. Luego abrió la puerta de su casa y Changó, vestido con la indumentaria de su amante, se abrió paso entre la multitud, imitando el majestuoso paso de Oyá. Vestido así, logró escapar de la ira de Oggún, su eterno rival en el amor.


 
 
Sería demasiado extenso narrar las múltiples facetas de la vida de Changó.

Este orisha es capaz de resumir en sí todas las virtudes y defectos y, como se puede observar, ni la historia ni el relato sobre el origen de Santa Bárbara y de Changó guardan algo en común, más bien se trata de dos historias que muestran un cierto paralelismo hasta que la misma vida los pone en suelo cubano y se unifican las dos tradiciones de las culturas africana y europea.


 
 
Autora del texto Natalia Bolivar



 

ORACION A SANTA BARBARA LUCUMI CONTRA CELOS Y ENVIDIAS



¡Gloriosa Santa Bárbara, mi Virgen negra!
Tu que naciste en esta tierra y por dotes de poder
y de bondad, te llevaron al cielo,
admiro tu grandeza y en ella confío
para que me libres y protejas del fuego,
hechicerías, muerte repentina,
cuides los alrededores de mi casa
contra las malas influencias,
contra los celos, la envidia y la mala fe.

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Con tu santo poder, victoriosa vencerás,
y con tu manto me protegerás.
Con tus manos me bendecirás,
Y con el santo poder que Dios te otorgó
y tu ensalmo espiritual vencerás sin retroceder
Y siempre estarás firme en tu decisión
para proteger a tus infieles que imploran protección.

¡Libramé Madre Mía, de toda mala tentación
y no me abandones en el olvido!

¡Es el ruego que sale sincero de mi corazón!

(Rezar tres Ave María y tres Credos)

¡Santísima Madre Mía!
Gracias por haber oído mi petición
Y que Dios te aumente tus ensalmos,
para que con los mismos nos aumentes más la fe,
esperanza y caridad.

Amén.


ORACION A LAS SIETE POTENCIAS AFRICANAS


 

¡OH Siete Potencias
que estáis alrededor del Santo entre los Santos!
 
Humildemente me arrodillo ante vuestro cuadro milagroso
Para implorar vuestra intercesión ante Dios,
Padre amoroso que proteges a toda la creación,
animada e inanimada,
y os pido en nombre del Sacratísimo
y Dulce Nombre de Jesús,
que accedáis a mi petición...
Que me devolváis la paz de espíritu
y la prosperidad material,
alejando de mi casa y quitando de mi paso
los escollos que son la causa de mis males,
sin que jamás puedan volver a atormentarme.
 
Mi corazón me dice que mi petición es justa,
y si accedéis a ella, añadiréis más gloria
al nombre bendito de Dios Nuestro Señor,
de quien hemos recibido la promesa de Pedid y Se Os Dará.
 
¡Así sea en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo¡
 
¡Oídme Chango¡
¡Escuchadme Ochún¡
¡Atiéndeme Yemayá¡
¡Mírame con buenos ojos Obatalá¡
¡No me desampares Oggún¡
¡Seme propicio Orula¡
 ¡Intercéde por mí Elegguá¡
¡Concédeme lo que te pido
por la intercesión de las Siete Potencias Africanas¡
¡OH Santo Cristo de Olofi¡
 
Por los siglos de los siglos seas bendito,
Amén.
 

Las Siete Potencias Africanas están conformadas por :
Changó / Santa Bárbara
Ochún / Nuestra Señora de la Caridad del Cobre
Orula / San Francisco de Asís
Yemayá / Virgen de Regla
Oggún / San Pedro, San Juan Bautista
Elegguá / San Antonio de Padua
Obatalá / Nuestra Señora de las Mercedes
 
Las Siete Potencias Africanas son un escudo donde se encuentran representados y sincretizados los santos de la iglesia católica con los orishas de la religión yoruba.
 
Cada una de ellas por separado contiene
una alta vibración cósmica.
Combinadas se conjugan todas las fuerzas,
la bondad, la salud y las vibraciones positivas
proporcionando una corriente de energía diferente,
de tal forma que los rayos cósmicos coloreados
como el arco iris se funden en uno solo,
incrementando el poder benéfico de su influencia.
 
 
 
 

jueves, 17 de enero de 2013

ORACION DE SAN ALEJO CONTRA ENEMIGOS

 
 
Glorioso San Alejo,
primer Rey de Alejandría,
no me desampares, ni de noche ni de día,
asi mismo te suplico que veles por mi persona,
en esta situación de abre ojos,
me alejes a los enemigos,
que proceden de mala fe contra mí,
líbrame y protégeme y aléjame del Poder del Diablo
de los hombres malvados, de animales salvajes,
de brujos y hechicerías.
San Alejo, San Alejo, San Alejo,
tres veces he de llamar
y cuantas veces se te ofrezcan
me libres de todo mal.
 
Estas tres cruces
 
(Santiguarse tres veces, diciendo
UN, DOS, TRES, para San Alejo, y rezando una Salve a Maria detrás de cada cruz.),
 
que te ofrezco en señal de buen cristiano,
porque la mano criminal y villana,
que malquiere hágame a mí,
así quedará el que mal hable de mí.
 
Te ruego San Alejo,
que no me abandones los alrededores de mi casa
y todo lo que esté al pié de mí,
cerca de mi obligación.
Protégeme de mis enemigos en el trabajo.
 
AMEN.

San Alejo de León,
mis enemigos de Monte Bravo y de Mar son:
 
(Decir los nombres)


Que si alguna persona quiere hacerme algún trabajo
de traba o trampa de hechicería, o mal creencia,
que permita Dios se le caigan
las alas del corazón al levantarse.
 
Amén
 
 
 


TRABAJO PARA QUE UNA PERSONA NO PUEDA PEGARLE A OTRA.



 

Se coge un papel y se pone el nombre de la persona, se le prende tres agujas, cinco centavos de miel rosada, al lado se prende una vela y se pide lo que uno desea. Se pone a los pies de Elegguá durante 3 días y luego se bota. 
 
Las agujas deben de ser nuevas.




TRABAJO PARA ATRAER DE LEJOS A UNA PERSONA

 

Se echa en un plato aceite de coco y aceite de almendras.
 
Debajo de los aceites, se pone el nombre de la persona que se desea atraer, (el plato debe ser blanco).
Se le prenden tres mechas de algodón y se encienden, y la persona vendrá dentro de tres días.
 
Llámase a la persona al hacer el trabajo a Elegguá o a Oggún y también a Osain y pídale que se lo traiga antes de tres días a su puerta.
 
 
 

TRABAJO A ELEGGUA PARA DESBARATE O DESUNIR




 

Se coge un huevo de caimán o de pato y se le extrae toda la clara por una pitera que le abre por la punta, se le deja solamente la yema. Por esa pitera, se le echan los tres precipitados...


polvo de caña brava, rozadura de venado, pimienta china y de guinea, pólvora, sal de grano, azufre, azogue, raíz de Rompe Saraguey, aceite de alacrán, aceite de Guatemala, sal en polvo (todo eso dentro del huevo), tapándolo con lacre.
 
Se pone tres días al pié de Elegguá, ya pasados los tres días se coge y se rompe en la puerta de la casa que sea.