Que la irreverencia y el desprendimiento de Exú
nos animen a no encarar las cosas de la forma
como ellas parecen a primera vista
y que nos aprendamos que todo en la vida,
por peor que sea,
tendrá siempre su lado bueno y provechoso!
Laroiê exu!
Que la tenacidad de Ogum nos inspire
a vivir con determinación,
sin que nos intimide con piedras, espinas y tinieblas.
Su espada y su lanza desobstruyan nuestro camino
y su escudo nos defienda.
Que la labor de Oxóssi nos estimule
a conquistar suceso y abundancia
a costa de nuestro proprio esfuerzo.
Que sus flechas caigan enfrente nuestro,
a nuestras costas, a nuestra derecha y a nuestra izquierda, cercándonos para que ningún mal nos atinja.
Okê arô ode!
Que las hojas de Ossain
proporcionen el bálsamo revitalizante
que restaure nuestras energías,
manteniendo nuestra mente sana y cuerpo sano.
Ewe ossain!!.
Que Oxúm nos de la serenidad
para accionar de forma consciente y equilibrada.
Tal como sus aguas dulces,
que siguen desbravadoras en el curso de un rio,
entrecortando piedras y precipitándose en una cascada,
sin parar ni tener como volver atrás,
apenas siguiendo para encontrar al mar,
así sea que nos podamos luchar por un objetivo
sin arrepentimientos.
Ora yeyêo Oxum!
Que el arco-íris de Oxumaré
transporte para el infinito nuestras oraciones,
sueños y deseos, y que nos traiga las respuestas divinas,
de acuerdo con nuestros merecimientos.
Aroboboi Oxumaré!
Que los rayos de Oya alumbren nuestro camino
y el turbinado de sus vientos lleve para lejos
a aquellos que de nos se aproximan
con el intento de aprovecharse de nuestras flaquezas.
Êpa hey oyá!
Que las pedreiras de Xangô sean la consolidacion
de la ley divina en nuestro corazón.
Su machado pese sobre nuestras cabezas
revolviendo la conciencia y su balanza
nos inculque el buen seso.
kaô! kaô cabecilê!
Que las ondas de Yemanjá nos descarguen,
llevando para las profundidades del mar sagrado
las aflicciones del día-a-día,
dándonos la oportunidad de sepultar definitivamente
aquello que nos causa dolor
y que su seno materno nos acoja y nos consuele.
Odoyá Yemanjá!
Que las calabazas de Obaluaie
traigan no solo la cura de nuestros males corporales,
como también ayuden a nuestro espíritu
a despojarse de las vicisitudes.
Atotô Obaluaiê!
Que la sabiduría de Nanã
nos de otra perspectiva de vida,
mostrando que cada nueva existencia que tenemos,
sea aquí en la tierra o en otros mundos,
genera el bagaje que nos da medios
para alcanzar la evolución,
y no una forma de punición sin fin
como juzgan los insensatos.
Saluba Nanã!
Que la vitalidad de los Ibejis nos estimule
a enfrentar los sinsabores como aprendizaje;
que nos no perdamos la pureza mismo que,
a nuestro alrededor, la tentación nos envuelva.
Que la inocencia no signifique flaqueza,
mas si refinamiento moral
! Oni beijada!
Que la paz de Oxalá renueve nuestras esperanzas
de que, después de errores y aciertos;
tristezas y alegrías; derrotas y victorias;
llegaremos a nuestro objetivo mas noble;
a los pies de Zambi mayor!
Epa Babá Oxalá!
Que así sea! Porque así será! Porque así ya es!
Axé!