En una cazuela de barro poner un pergamino doblado, en el cual ya se ha escrito la petición deseada.
La cazuela se tapa con hojas de guayaba, mientras se reza la oración del milagrosísimo Santo Niño de Atocha.
Se espolvorea con pescado ahumado y azúcar morena; se prende con cerillo de madera una veladora de Eleguá.
Proseguir encendiendo un tabaco (puro) ofreciéndoselo a Eleguá y fumarlo hasta la mitad, luego ponerlo en la cazuela para que se consuma.
En velón azul claro poner uno o varios milagros, alusivos a las peticiones y se prende con cerillo de madera.
Finalmente se completa el ritual colocando a los pies de la figura del Santo Niño de Atocha, un puñado de dulces y se vuelve a rezar la oración al Santo Niño:
Sapientísimo Niño de Atocha,
general protector de todos los hombres,
general amparo de desvalidos,
médico adivino de cualquier enfermedad.
Poderosísimo Niño, yo te saludo,
yo te alabo en este día
y te ofrezco estos tres Padrenuestros
y Avemarías con Gloria Patri,
en memoria de aquella jornada que hiciste encarnado
en las purísimas entrañas de tu amabilísima Madre,
desde aquella ciudad Santa de Jerusalén
hasta llegar a Belén.
Por cuyos recursos que hago en este día
te pido me concedas lo que te suplico,
para lo cual interpongo estos méritos
y los acompaño con los del coro de los Querubines
y Serafines, que están adornados de perfectísima sabiduría por los cuales espero, preciosísimo Niño de Atocha,
feliz despacho en lo que te ruego y pretendo,
y estoy cierto que no saldré desconsolado de ti,
y lograré una buena muerte,
para llegar a acompañarte en Belén de la Gloria.
Amén...
Aquí se hace la petición verbalmente y se rezan los tres Padrenuestros y Avemarías con Gloria Patri.
Para dar las gracias:
Al terminar el trabajo y resolver, se levantará lo que quede de la ofrenda se enterrará donde nadie lo pisará.
Al regresar se dan las gracia mientras se terminan las luces del velón y veladora, rezando nuevamente la oración del Santo Niño de Atocha.
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