La religión Lucumí o santería se origina en Africa, y es traída a Cuba por los esclavos yoruba, donde sufre transformaciones, con el objetivo de poder sobrevivir.
Es una religión de amor, que se mantiene fuerte.
La santería se basa en la religión yoruba, originaría de Nigeria, Africa. A Cuba llegaron como esclavos príncipes y babalaos (sacerdotes). Los esclavos africanos transformaron esta religión para adaptarla a sus necesidades e hicieron una mezcla con la religión católica, que era la que imperaba en la isla de Cuba. Es una religión en la que creen en la actualidad muchos cubanos, brasileños y venezolanos.
El 90% de las creencias pertenecen a la religión yoruba y un 10% a la católica. Esta religión se conoce también con el nombre de la regla de Oshá, esta última quiere decir en la lengua lucumí “santo”. La regla de Oshá es la regla de santo.
Los esclavos yoruba fueron conocidos por lucumí. En todo caso el nombre lucumí fue el nombre que los blancos dieron a los negros que venían de Nigeria. Es lo mismo decir religión lucumí que santería, son sinónimos.
El aspecto principal de esta religión es la adoración a los santos, a los cuales se confiere mucho poder. Se trata de muchos, y se hacen corresponder a los dioses africanos yoruba con los santos de la religión católica, imperantes en Latinoamérica. La persona que cree en la santería no rechaza el catolicismo, sino que al contrario lo respeta profundamente. La religión que los esclavos yoruba trajeron a Cuba se conoce como lucumí mientras que en Brasil se denomina macumba. En Venezuela se conoce con el nombre de santería. Los tres principales aspectos de la religión que se estilan en Venezuela son la adoración a los santos, la adivinación por los cocos y la adivinación por los caracoles, de lo que ya hablaremos más adelante en este blog.
La santería o magia latinoamericana data de hace más de cuatro siglos. Los yoruba fueron traídos al Nuevo Mundo contra su voluntad, por los traficantes de esclavos, y arrastraron consigo su religión.
Desde el punto de vista sociológico y antropológico, la cultura yoruba comprende dos aspectos principales, que son la religión y las prácticas mágicas. Los dioses yorubas se denominan orishas, y pasan de seiscientos a juicio de algunas autoridades, mientras que en Latinoamérica solo existen unos cuantos, correlacionados con los santos de la iglesia católica. En el culto religioso de los yorubas, los sacerdotes tienen gran importancia, especialmente los babalaos, quienes adivinan el futuro por medio de los caracoles de mar o el coco. Este sistema de adivinación se conoce con el nombre de Tabla de Ifá. El babalao conduce todas las ceremonias importantes del culto yoruba. Las ceremonias mágicas del negro en América variaron mucho, por cuanto los esclavos africanos llegados al Nuevo Mundo, tomaron prestadas las creencias religiosas de su tierra adoptiva. Así por ejemplo en Haití se propagó el culto del Vudú...
En cuanto a Cuba, esallí donde propiamente se desarrolla la santería. Lucumí deriva del vocablo akumí, que es yoruba y es el nombre que se otorga a un nativo de aku, región de Nigeria. Se trata de una caso de sincretismo, en el que se combinan creencias religiosas distintas, estando la mayoría de los dioses yorubas identificados con las imágenes de santos católicos. Es conveniente señalar que existe una diferencia en a idea que tiene un católico del santo y la idea que tiene el santero o practicante de la santería en torno a lo mismo. Para el católico, el santo es la imagen o representación de una entidad espiritual que en una época vivió como ser humano sobre la tierra, mientras que para el santero esa misma imagen católica es la personificación de un dios yoruba.
El culto de la santería es una mixtura de los ritos mágicos de los yorubas y las tradiciones de la iglesia católica. Todos los datos concernientes a los santos de la iglesia católica, coadyuvan a definir los santos de la religión lucumí, pues facilitan su identificación con los dioses yorubas apropiados. No obstante, hay que tener claro que la santería consiste en su mayor parte de magia primitiva, arraigada en el corazón de Africa. Podemos observar a un santero entrando en un templo católico, pero no va a oír misa, sino a buscar un poco de agua bendita o un pedazo de hostia.
El santero fundamentalmente efectúa actos mágicos, tendentes a librar las gentes a liberarse de influencias negativas, curar enfermedades, conseguir empleo, mejorar las condiciones económicas y destruir a rivales y enemigos. De manera que la santería incluye magia, hechicería y brujería. Debemos entender por magia la producción de efectos maravillosos por medio de poderes sobrenaturales. Sobre estos aspectos hablaremos más adelante. El santero suele ser un hombre de conocimiento y de poder, que se vale del poder de los orishas, del panteón yoruba, que están como santos católicos. El santero es un hechicero o mago que resuelve los problemas humanos insolubles por medios comunes.
Los santeros no trabajan de una manera católica, sino en alianza con los dioses yoruba, que son espíritus de luz. Les está permitida realizar actos negativos en sus obras mágicas, con el fin de implantar la justicia divina, invocando por ejemplo, las fuerzas devastadoras de Oggún, el dios de la guerra o de Changó, el dios del fuego. Debemos estar alerta, en el Caribe, contra los mayomberos, quienes trabajan exclusivamente fuerzas malignas. Son médicos brujos de la tradición africana, especializados en trabajos de venganzas, nigromancia y destrucción de la vida humana. El mayombero, sin embargo, respeta los dioses yorubas.
Hay santos con más poder que otros en la santería. Otros son más simpáticos. La popularidad viene dada e función de los milagros realizados y el poder que poseen. En la santería los santos se suelen conocer tanto por sus nombres católicos como por sus apelativos yorubas.
Los dioses yorubas son mundanos y pintorescos, plenos de pasiones y simpatías y antipatías ardientes. Se los ha humanizado a través de los siglos. Estos dioses se llaman orishas, y se posesionan de los hijos, cuando caen en trance, a la manera de un médium. El posesionado asume las características del orisha.
(continuará).
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