¡Gloriosa Santa Bárbara, mi Virgen negra!
Tu que naciste en esta tierra y por dotes de poder
y de bondad, te llevaron al cielo,
admiro tu grandeza y en ella confío
cuides los alrededores de mi casa contra las malas influencias,
contra los celos, la envídia y la mala fe.
Con tu santo poder, victoriosa vencerás,
y con tu manto me protegerás.
Con tus manos me bendecirás,
Y con el santo poder que Dios te otorgó
y tu ensalmo espiritual vencerás sin retroceder
Y siempre estarás firme en tu decisión
para proteger a tus infieles que imploran protección.
¡Libramé Madre Mía, de toda mala tentación
y no me abandones en el olvido!
¡Es el ruego que sale sincero de mi corazón!
(Rezar tres Ave María y tres Credos)
¡Santísima Madre Mía!
Gracias por haber oído mi petición
Y que Dios te aumente tus ensalmos,
para que con los mismos nos aumentes más la fe,
esperanza y caridad.
Amén.
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